En informática, una aplicación es un programa
informático diseñado como herramienta para permitir a un usuario
realizar uno o diversos tipos de tareas. Esto lo diferencia principalmente de
otros tipos de programas, como los sistemas operativos
(que hacen funcionar la computadora),
las utilidades (que realizan tareas de
mantenimiento o de uso general), y las herramientas de desarrollo de software
(para crear programas informáticos). Las aplicaciones pertenecen al software de aplicación.
Suele resultar que una solución informática se
orienta a la automatización
de ciertas tareas complicadas, como pueden ser la contabilidad, la redacción de documentos,
o la gestión de almacenes. Algunos ejemplos de programas de aplicaciones
generales de este tipo, son los procesadores
de textos, las hojas de cálculo,
y las base de datos.
Ciertas aplicaciones desarrolladas a medida
suelen ofrecer una gran potencia de uso y rapidez en la ejecución, ya que están
exclusivamente diseñadas para resolver un problema específico. Otros, llamados
paquetes integrados de software, ofrecen menos potencia en cuanto a
adaptabilidad al uso y requerimientos en cuanto al equipo utilizado (memoria disponible, tiempo
de uso, etc), pero a cambio, incluyen un variado abanico de aplicaciones, como
es el caso de los ya citados programas procesadores de textos, procesadores de
hojas de cálculo, y manejadores de base de
Otros ejemplos de programas de aplicación pueden ser:
programas de comunicación de datos, multimedia, presentaciones, diseño gráfico,
cálculo, finanzas, correo
electrónico, navegador web,
compresión de archivos, presupuestos de obras, gestión de empresas, etc.
Algunas compañías
agrupan diversos programas de distinta orientación en el uso, para que formen
un paquete (llamados suites o paquetes ofimáticos), que
suelen ser satisfactorios para las necesidades más apremiantes del usuario.
Todos y cada uno de ellos sirven para ahorrar tiempo y dinero al usuario, al
permitirle hacer cosas útiles con la computadora con alguna facilidad; de todas
maneras, hay diferencias entre los programas que se ofrecen, pues algunos
brindan ciertas prestaciones, aunque otros imponen un determinado diseño
demasiado estricto, y ya que además, unos son más agradables y fáciles de usar
que otros.
Actualmente, con el uso de dispositivo
móviles, se ha extendido el término app, que es un acortamiento de la
palabra inglesa application, y extendida por el éxito de la llamada App Store de Apple. En español se
desaconseja su uso, pero de usarla, se recomienda escribir app en letra
cursiva,1 y no debería deletrearse al leerla, porque no es una
sigla (se pronuncia /ap/), aunque esto puede dificultar la pronunciación de las
palabras que le siguen inmediatamente, al forzar una pausa para pronunciar o
marcar la p final de app —que no es algo que en español se dé
naturalmente—. El acortamiento que podría recomendarse del término
'aplicación', en todo caso sería 'apli' (con su plural 'aplis'), escritas en
letra común.
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